En este nuevo
trabajo os voy a hablar de la historia en España entre los siglos XV y XVII,
precisamente os hablo de estos dos siglos porque fueron los dos siglos de mayor
auge del Imperio Español. Del siglo XV al XVI fue el momento de mayor
esplendor, justo cuando reinaban los Austrias mayores: Carlos I y Felipe II,
sin embargo cuando estos dejaron de reinar, ocuparon el trono los Autrias
menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II. Gobernaron del siglo XVI al XVII,
precisamente en estos dos siglos fueron periodos de decadencia del Imperio
Español con crisis política, religiosa, social…Entre los Austrias mayores y
menores hubo grandes diferencias en sus épocas de reinado, por eso unos
tuvieron un periodo de auge y otros de decadencia. La primera diferencia fue
que los Austrias mayores sus reinados fueron largos, mientras que en los Austrias
menores sus periodos de reinado fueron cortos. Hubo otra muy importante que fue
que los Austrias mayores gobernaban sus territorios tomando las decisiones
ellos mismos, mientras que los Austrias
menores dejaron las tareas de gobernar y las decisiones a los validos. Uno de ellos fue el Conde Duque
de Olivares. España llegó a ser el Imperio más poderoso y extenso en aquella
época lo que lo llevó a ser una gran potencia con los Austrias mayores, en
concreto con Felipe II. España llegó a
ser un Imperio con muchos territorios.
Este poder fue perdiéndose con los Austrias menores, junto con la hegemonía
política, quedando España dejó de ser
una gran potencia y pasó a ser una
potencia de segundo grado. Al perder este poder España de la misma manera fue
perdiendo los territorios que conquistaron los Austrias mayores.
España ya de
por si tenía muchos territorios pero al anexionarse con Portugal obtuvo todavía
más territorios permitiéndole ser el imperio más extenso en aquella época. Bajo
los dominios de Felipe II estaban: España, Portugal, Países Bajos, sur y parte
del norte de Italia, Cerdeña, Sicilia, Parte
de Estados Unidos, América Central, América del Sur excepto la parte central,
toda las costas de África excepto por el Noroeste, parte del Golfo Pérsico,
India excepto la parte central, Indonesia y Filipinas. Toda la parte Oriental
junto con los territorios de África y parte de América del sur pertenecían a
Portugal. Los demás territorios pertenecían a España, pero España al
anexionarse con Portugal esos territorios quedaron bajo el mando del Imperio
Español.
Al ser el Imperio más extenso tenía numerosas guerras y
batallas con los países, entre ellas la guerra anglo-española. Fue una guerra entre España e
Inglaterra. El Rey Felipe II quería quitar del trono a Isabel II de Inglaterra por
que en ese momento Inglaterra experimentó un importante crecimiento demográfico
y económico que lo llevó al comercio colonial, en el que España era su máximo
rival. Para ello mandó a una flota denominada la Gran Armada que estaba formada
por 127 barcos con 30.000 hombres a bordo comandados por Felipe II y Alfonso
Pérez de Guzmán. Su misión era llegar hasta Flandes para trasladar a los
soldados españoles, que iban a invadir Inglaterra. La Gran Armada no iba a
conquistar la isla y anexionarla a sus territorios sino solo lo que quería era
quitar del trono a Isabel II de Inglaterra. El 2 de agosto de 1588 España tuvo
su única batalla contra la flota Inglesa que estaba capitaneada por Francis
Drake. La flota Inglesa envió barcos en llamas contra la Gran Armada por que
intentaban dejar solo el barco de drake. Los ingleses lucharon contra la Gran
Armada hasta que cuando acabaron toda la munición y vieron el potencial de
fuego de los españoles estos se dieron a la fuga. Estos al llegar a Inglaterra creyeron
que eran una Armada invencible, pero era mentira por que la potencia cañonera
de la Gran Armada era muy superior. Las condiciones meteorológicas empeoraron y
no permitieron que la Gran Armada atracara en los puertos Flamencos y tuviera
que irse hacia el Mar del Norte y Mar de Irlanda y bordear todas las Islas
Británicas para poder llegar a los puertos españoles. La ruta escogida supuso
tener que enfrentarse a los vientos y el mal temporal de las costas Británicas,
lo que llevó al naufragio de numerosos barcos españoles y las muchas muertes de
los que iban a bordo. La batalla fue un fracaso español pero no puede
considerarse una gran victoria inglesa.
No solo Felipe II tuvo esa batalla
también tuvo la batalla de Mühlberg.
Esta batalla se produjo porque la reforma luterana estaba provocando una
ruptura religiosa y también en el seno del sacro Imperio Germánico. Los
oponentes de Carlos I crearon la liga de Esmalcalda y retaron a la autoridad
imperial. La batalla que los enfrentó fue el 24 de abril de 1547 en la
localidad alemana de Mühlberg. Las tropas de la liga se instalaron al otro lado
del río Elba destruyendo los dos puentes. El ejército de Carlos I se enteró de
esta táctica y cruzaron el rio de madrugada atacándoles por sorpresa y
ganándoles la batalla. Después de la guerra tuvo consecuencias como, que la
liga se disolvió, a Mauricio de Sajonia
se le devolvió su electorado y Carlos V logró asentar su posición política y
religiosa en Alemania.
Estas
guerras tuvieron repercusión, fue
la denominada “leyenda negra”. Fueron una serie de opiniones que surgieron en
Europa entre los siglo XVI-XVII. Al principio fue una opinión que criticaba los
excesos que se estaban produciendo en la conquista de América y al final
terminó siendo una crítica del Imperialismo español concretamente de la
política de Felipe II.
.
La mayoría de las opiniones son exageraciones de la
política seguida por España en su momento de mayor esplendor. La Inquisición
fue la más criticada por la Leyenda Negra. La Inquisición se
dedicó a perseguir a los herejes y eliminar la influencia de árabes y judíos en
nuestra península. En Europa se calificaba a la Inquisición de monstruos o
secuaces de Satanás.
España a pesar de estar en rivalidad con Europa por las
críticas tuvo que firmar tratados como el de los pirineos con Francia. En
aquella época España y Francia eran las potencias mundiales y llevaban 25 años
en guerra. En España gobernaba Felipe IV junto a su primer ministro Luis Méndez
de Haro y en Francia Luis XIV con el cardenal Mazarino. España estaba en
decadencia, había perdido la ciudad de Dunkerke contra el ejército franco
británico. Francia tiene importantes problemas internos por retirar el poder
absoluto del rey. Los dos países tienen graves problemas económicos. La
población pasa hambre. Como necesitan la paz Mazarino va a Madrid a reunirse
con Luis de Haro, en esa reunión decidieron forzar la paz. Este acuerdo se
firmó el 7 de noviembre de 1659 en la Isla de los Faisanes, situada en el río
Bidasoa. Con este tratado firmado se ponía fin a la Guerra entre Francia y
España iniciada en el 1635. En España en hubo una innovación en el sistema
político surgieron los validos. Estos
eran personas de la aristocracia en los que el Rey les daba toda su confianza.
El Rey dejaba de lado las tareas de gobierno y el valido tomaba las decisiones
más importantes. Los validos surgieron por dos causas una él no querían
trabajar. Los validos gobernaban al
margen del sistema institucional de la monarquía. La nueva forma de gobierno
supuso un aumento de la corrupción. Los validos con su poder conseguían cargos,
pensiones… para sus familias y seguidores. Cada Austria tuvo sus validos que
fueron, los de Felipe III: Duque de Lerma y Duque de Uceda. De Felipe IV:
Conde-Duque de Olivares y Luis de Haro. De Carlos II fueron: Padre Nithard y
Fernando Valenzuela. Un importante valido fue el Conde-Duque de Olivares. Este
fue valido de Felipe IV. Conde-Duque de Olivares empezó una carrera
eclesiástica en la Universidad de Salamanca, Pero tuvo que abandonarla para
acompañar a su padre a la Corte de Felipe III. Consolidó sus posiciones en el
tiempo de decadencia del poder de Lerma y se quitó de la tutela de Uceda,
asique cuando Felipe IV ocupó el trono pasó a dirigir la situación acumulando
numerosos cargos y cuando su tío murió se convirtió en una especie de ministro
del Rey. Se encargó de echar de la corte a los pertenecientes de las facciones
de Lerma y Uceda. Con el tiempo iba acumulando títulos, rentas… Propuso su
programa político con la intención de reforzar el poder del Rey. Después vino
un periodo de guerras en el que España estaba en decadencia, el Conde-Duque de
olivares intentó poner sus reformas por la vía autoritaria. Pero en 1463 Felipe
IV prescindió de él y lo desterró para que finalmente en el 1644 fuera
ejecutado por la inquisición. Durante la parte final de este trabajo he hablado
mucho de la decadencia del imperio Español pero en ese tiempo hubo un periodo
de auge para el arte español. En la literatura destacó la obra más universal de
Miguel de Cervantes, El Quijote de la Mancha. Destacan las obras de teatro de
Lope de Vega y Tirso de Molina sobre temas religiosos. Baltasar Gracián planteó
el problema entre la vida humana y vida espiritual o la realidad y ficción. La
poesía en su versión culterana con Luis de Góngora y conceptista Francisco
Quevedo adornaron una realidad poco halagadora. Los autos sacramentales de
Pedro Calderón de la Barca fue la mejor obra literaria de extrema religiosidad.
A nivel popular tuvo una gran importancia porque se difundieron a través de la
imaginería barroca con tallas de madera y los pasos en la semana santa. En la
pintura las obras que pintaban tenían un carácter religioso, pero lo alternaron
con obras de carácter secular y popular. Es el caso de José Ribera, Francisco
de Zurbarán y Bartolomé Esteban Murillo. Destacó por encima de ellos Velázquez
por su versatilidad y genialidad. Ha hecho algunas de las mejores obras de la
pintura española como “Las Meninas”.
La arquitectura no tiene el valor del
barroco italiano. La imagen de los edificios no se aparta del renacimiento. Los
edificios que se construyeron sobresalen por su cantidad de adornos tanto
dentro como en la fachada y por su grandiosidad, característica del estilo
barroco. Destacan la plaza mayor de Madrid, el monasterio del Escorial y el
Pilar de Zaragoza. Los escultores hicieron sobre todo obras religiosas, solían
estar echas de madera policromada y expresaban realismo, dramatismo, fuerza y
sentimientos religiosos. Destacaron Gregorio Fernández, Alonso Cano y Pedro de
Mena.
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